Somos unos cuantos
allí pasando frío;
en una negra noche
de un invierno jodido.
En un tramo de camino estrecho
nos parece todo estremecer;
si no fuera por el echo
de que tenemos los faros del galloper.
En medio de la oscuridad
algo vemos brillar;
es una botella de algo
iluminada por una luz fugaz.
Apoyada en un murete,
nos acercamos para descubrir…
¡Jo la nuestra que suerte!
¡Pondremos el frío a parir!
Es una botella de Pacharán,
producto de maceración de endrinas…
¡Jo la nuestra que suerte!
¡Ya no seremos putas saltarinas!
Y es que el bueno de Damian,
allí en el “Kilómetro Trece”,
nos obsequia con una botella de Pacharán,
para triunfar aunque todo aquello se tuerce.
¡Salud!